jueves, 23 de agosto de 2007

Las cosas pasan...


¡¡¡Como siempre... llega la noche, y nada. Las horas del día pasaron y pasaron sin dejar noticias. Yo estaba, sin embargo, frente a la ventana... pero nada. Pasaron como si nada de todos modos. Debo confesar que, a pesar de todo, en un momento te presentí. Quise engañarme , pero no pude. Fue tan evidente, que hasta ahora has sido mi perdición. Me gustas,... sobre todo ahora que simplemente callas y puedes escucharme... Ahora que estás al otro lado del mundo... a sólo cinco pesos de mi polla... y no me logro convencer. Te hago un guiño y me despido como tantas otras veces.